Pasos inestables de una continuidad.

Por Henrik Hernandez

 

Comenzaré este escrito, diciendo, que respeto la decisión tomada del pueblo de Cuba, con aproximadamente un 86% de los votos, en relación con la Constitución de la República de Cuba de 2019. Ese derecho soberano del pueblo dentro de la Isla, no de los cubanos residentes en el exterior, debe ser respetado por dos razones: primero, la población cubana es la que debe decidir sobre las cuestiones dentro del país, no así los emigrados, ni los autodenominados exiliados; segundo, la mayoría del pueblo dio, su veredicto, lo cual de acuerdo a las normas democráticas debe ser aceptado y respetado por todos aquellos que deseaban otra cuestión.

Pero no se constituye, ni se puede constituir, en obstáculo o impedimento, para no exponer criterios sobre algunas cuestiones de alcance sociopolítico, que se desprenden del contenido con el objetivo de reflexionar sobre las mismas.

En la anterior Constitución se definía al Estado Cubano como en su artículo 1: “Cuba es un Estado socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como república unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana”.

En la presente Constitución, se expresa la esencia del Estado Cubano en artículo 1, de la siguiente forma: “Cuba es un Estado socialista de derecho y justicia social, democrático, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como república unitaria e indivisible, fundada en el trabajo, la dignidad, el humanismo y la ética de sus ciudadanos para el disfrute de la libertad, la equidad, la igualdad, la solidaridad, el bienestar y la prosperidad individual y colectiva”

Como vemos desde el punto de vista conceptual, la esencia del estado cubano ha sido cambiada, de “Estado socialista de trabajadores” a “Estado socialista de derecho y justicia, social, democrático, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos...” De un estado de trabajadores pasamos a ser jurídicamente un estado de “todos”. Se asume una declaración que por esencia deja de ser socialista en la generalización, pues el estado socialista únicamente puede ser de los trabajadores, de no serlo es aceptar que las clases sociales no ejercen el poder sobre otras y, por lo tanto, se cae en posiciones centristas y socialdemócratas que desnaturalizan el socialismo. Creo que eso responde más bien a una adaptabilidad interna hacia las normas externas dictadas por el capital internacional, que a los intereses de Cuba, en el plano interno.

Otra cuestión es que la estructura del Estado Cubano, cambió completamente cuando se sustituyó el modelo de república con un sistema asambleísta (no parlamentario) con Consejo de Estado y Consejo de Ministros dirigidos por un presidente de cada uno de esos órganos, que debido a cuestiones históricas, ambos cargos estaban en manos del líder de la Revolución Fidel Castro, pero que no necesariamente, tiene que haber estado representadas en una misma persona, por una forma de gobierno mixta presidencialista – asambleísta. Por un lado, una Asamblea Nacional como órgano colegiado y legislativo y por otro se restablece la figura del Presidente de la República, como ente centralista unipersonal del poder.

Dentro esto surge la figura de gobernador de provincia, junto a intendentes, los cual lo considero innecesario y no correspondiente a la cultura política cubana, los cual responde a fortalecer el sistema presidencialista y como un mensaje ala exterior de homologación a estructuras de otros países como los latinoamericanos, lo cual desnaturaliza la esencia de república unitaria, pues dichas figuras son reflejo de aquellas naciones federadas y confederadas. Para ya no hablar de que los gobernadores, entre sus prerrogativas constitucionales, cuentan con el poder de supervisar, controlar, e incluso anular jurídicamente las decisiones de los gobiernos municipales, si de acuerdo a su valoración estas violan leyes o contradicen la Constitución, lo que me hace preguntarme, si todos ellos son juristas de profesión especializados en derecho constitucional 
 o si responden solamente a los intereses del ejercicio del poder presidencial. Sería bueno conocer eso.


Ahora deseo hacer un comentario general sobre las políticas económicas que se están aplicando en el país.
El establecimiento de la ley selvática de “oferta y demanda”, unida a la privatización de muchos sectores, ramos y modelos empresariales económicos que están conllevando a la desproletarización de las clases trabajadoras, que solo responde a intereses de políticas neoliberales, aunque se niegue esto en la retórica política, y la aceptación silenciosa de facto, de acciones que, en el fondo responden a los objetivos políticos del bloqueo imperialista contra nuestra patria. Entre ellos, la deslegitimación de la empresa socialista, la dirección gubernamental de la nuestra nación, relegados por discriminación en las relaciones internacionales y bajo condicionantes que solo posibilitan la “colaboración” con entes económicos y organizaciones “de la sociedad civil” desvinculadas del estado y sin control de este.

De facto, esto promueve y permite el desmantelamiento de nuestro estado a favor de convertirnos en un territorio periférico del capitalismo mundial y su actual modelo global y globalizante neoliberal, a través de la deslegitimación de los órganos y empresas estatales como objetos y sujetos en la economía nacional e integradas a la internacional, dándole paso solo a la libertad del poder hacer, ejercida por individuos en detrimento de los intereses colectivos y nacionales.

Esta situación está conllevando a la polarización social en nuestro país. Desde mi punto de vista, independientemente de las acciones subversivas del enemigo, las protestas del 11/7 solo fueron posibles por esta situación. Al mismo tiempo, hay que reconocer, que muchas personas no salieron a protestar contra el estado cubano y la Revolución, si no más bien fue la primera protesta dirigida contra la neoliberalización de la economía cubana, contra el nuevo modelo capitalista que se quiere instaurar. Esto ha sido reconocido tácitamente por dirigentes cubanos al decir, que muchas personas en las protestas tenían exigencias legítimas.

Debido a que el paradigma del capitalismo mundial moderno, es romper la “obligación del deber” del individuo ante la sociedad y sustituirlo por la libertad individual del “poder hacer” como método de control y esclavización de las mentes, la protesta social en Cuba (en otros países también, pero hablamos de nuestra patria) hasta el momento, se ha canalizado en la migración masiva hacia el centro predominante de tal paradigma, en un desconcierto individual y colectivo guiado por el principio de salvarse quien pueda.

Todo esto ha conllevado a dar crédito y reconocimiento a individuos abiertamente contrarrevolucionarios y de dudosa reputación político, moral, cuyos verdaderos fines es imponer una supuesta tercera vía. Se nos quiere obligar aceptar, a través de la manipulación mediática, la alianza que se está dando entre la contrarrevolución (interna y externa) y la anti revolución, ese sector dentro de los funcionarios estatales y partidistas y también de intelectuales y artistas, que pretenden convertir la propiedad estatal, de la cual disfrutan o han disfrutado, sin ser dueños, en privada a favor de sí mismos y familiares, como sucedió en la URSS con la ola contrarrevolucionaria conocida como perestroika.

 

Se nos presentan a los muy mediáticamente famosos dentro de Cuba, puentes de amor, cuyos únicos golpes efectivos solo han servido para mellar los principios de la Revolución Cubana, creando una expectativa falsa de que el imperialismo desmontará el bloqueo ladrillo a ladrillo, sobre la premisa de la congruencia entre revolución y contrarrevolución, un mundo, falazmente desideologizado, donde imperara el principio de que el león yacerá junto a los herbívoros por los siglos de los siglos, principio muy bello de amor absoluto, que únicamente puede existir en el mundo espiritual, pero nunca en el mundo físico, al menos hasta que no se construya una sociedad comunista, e incluso dudo que tenga lugar allí de forma absoluta.

Los puentes de amor relegan al olvido la vigencia de la Ley Helms - Burton sustituyendo la realidad, por la virtualidad de que puede existir convivencia entre revolucionarios y contrarrevolucionarios, entre patriotas y anticubanos. Nos quieren vender la convivencia sobre la falacia de la aceptación de supuestas “diferencia del pensar”, cuando en realidad se trata de contradicciones irreconciliables. Puentes de amor, sin pilares de ¡Patria o Muerte!, serán la Vía Apia donde se expondrán los cuerpos crucificados de la Patria y la Revolución