Difaman al molinero y no acusan al ladrón

Por Henrik Hernandez

 

He leído un escrito de un tal Sergio E. Cabrera, bajo el título de “Hay muchos peligros rondando!, donde se crea e infunde una atmósfera de desaliento entre la población cubana, utilizando como argumento las necesidades creadas como consecuencias del bloqueo. No puedo decir que quienes publican panfletos propagandísticos como este sean agentes de los órganos de inteligencia de potencias extranjeras, pues no tengo pruebas para ello, pero sí puedo asegurar que actúan tanto por acción como omisión, como agente de influencia de dichas agencias. No se trata de inculpar a alguien, sino de situarlo en su verdadera dimensión.


Comencemos por la gran omisión que perpetra el Sr. Sergio E. Cabrera, que recurre a un discurso cristiano, sin hacer alusión a Deuteronomio 24:6 que nos dice “No se tomará en prenda el molino, ni la muela de piedra del molino, porque ello sería tomar en prenda la vida misma”.

Esto es muy importante para comprender la situación real que vive el pueblo de Cuba. Omitir ese principio bíblico, sitúa a cualquiera fuera de la doctrina cristiana.

La expresión de que no se le despoje “del molino”, hace alusión a que no se le debe quitar los medios de producción, ni hombre, ni pueblos. ¿Qué hacen los EE. UU. y el imperio intangible capitalista mundial? Pues precisamente despoja a los cubanos de cuanto le pueda servir para producir con un cruento bloqueo que impide que el país pueda importar materias primas, insumos, tecnologías, piezas de repuesto, etc. ¿Dónde está el cristianismo de quienes distorsionan la realidad ocultando el hecho de que los enemigos de la nación cubana, la despojan de su “molino”? Distorsionar omitiendo factores, además de ser manipulación, es mentir, algo completamente opuesto a la doctrina cristiana.

Cuando se hace referencia a no tomar la piedra del molino, se considera que nadie tiene derecho, bajo ninguna condición, ni justificada por ninguna causa, de quitarle a alguien las posibilidades de supervivencia, pues es la pieza más importante, sin la cual ningún sistema (molino) puede producir. Hoy los EE. UU. nos despoja a través de medidas extorsionistas contra terceros, farisaicamente llamadas sanciones, de la posibilidad de comerciar, lo poco que podemos producir e incluso nos boicotea de que podamos obtener y emplear medios financieros, sin los cuales cualquier intento productivo se obstaculiza o fracasa. Omitir eso no es cristianismo. Tampoco es islamismo, judaísmo, budismo, ni ninguna otra doctrina filosófica, ni religiosa.

Hace un tiempo atrás escribí un artículo titulado, “Bloqueo, propaganda y medio contra Cuba”, donde exprese: “La inducción de carencias materiales, alimentos, medicinas, combustibles que llevan al corte del suministro de energía eléctrica, dificultades de funcionamiento del transporte público y de carga, la industria y otras esferas productivas tienen un efecto devastador a nivel psicológico dentro de la población” lo cual tiene consecuencia sobre el nivel de vida de las personas y su bienestar material. La rebeldía ante el estado y la migración es la "mejor opción", según la propaganda. 

Precisamente es el impacto sobre el nivel de vida y el bienestar de todos y cada uno de los cubanos, lo que es aprovechado en propaganda por los enemigos del pueblo cubano, con el principio de echarle gasolina al fuego. Eso es precisamente ha hecho el Sr. Sergio E. Cabrera, que como buen agente enemigo de influencia, trabajo propagandísticamente en que se produzca una ruptura psicológica en la resistencia del pueblo cubano, para que este no simpatice ni apoye a la dirección política del país, presentándola como la causante de tantos males. Y eso se hace abiertamente en algunos casos y en otras subliminalmente.

Existe todo un sistema de medios y métodos propagandísticos en función de fines planeados por mentes macabras. TV, radio, medios sociales en las redes, creación y activación de activistas y organizaciones, etc., todo bajo estricta planificación y financiamiento de órganos de inteligencia enemigos a través de organismos y organizaciones no gubernamentales como fachada. Podemos constatar en los medios sociales, que Sergio E. Cabrera, nos dice: “Trabaja en Proyecto Palomas. Casa Productora. Es decir, es un asalariado de un proyecto, que de acuerdo a la información que disponemos, a apartir de uno de los videos de la propia asociación, e
s financiado parcialmente por el capitalismo intangible a través de embajadas de terceros países.


Quiero dejar claro, que el sentido e idea del Proyecto Paloma me parece muy bueno, la busca de un cambio como seres humanos, convirtiendo a personas “anónimas” en “protagonistas”. Lo criticable del mismo es la expresión de mensajes muy subliminales que en el fondo son portadores de la semilla de un cambio que en el fondo irá en detrimento de todos los protagonistas. No es mi intención cuestionar el proyecto como tal, sino de señalar lo que considero erróneo un escrito de su Coordinador.

En el documento de marras se pueden apreciar las píldoras neurolépticas tóxicas del veneno anticubano.

 - ... as vidas se apagan, se acaban en esa espera eterna.

- ... Alberto sigue sin poder desayunar.

- ... Aleida sigue sin poder resolver el medicamento que necesita.

- ... Lloran esta otra noche porque prefieren tenerlos lejos que presos.

Y muchas otras más. Falta de virilidad es insinuar que el molinero es el responsable de que no haya harina y no denunciar aquellos que roban el molino y la piedra del molino.

 

No necesito recurrir a maestros de Galilea, tengo los míos, Varela, Martí y Fidel. 

Ahora los dejo con el texto de Sergio E. Cabrera, para que cada cual haga su propio análisis, yo ya he dado mi criterio.



Sergio E. Cabrera

! Hay muchos peligros rondando!
Peligros resultantes de tantas tristezas, de tantas penurias, de tantos cansancios... peligros que luego pueden resultar fatales, desoladores, incurables.
Mientras tanto, muchos se afanan en sus discursos de siempre, pero las vidas son más que discursos: las vidas se apagan, se acaban en esa espera eterna.
Mientras su hijo se va, Alberto sigue sin poder desayunar.
Mientras su hija "inventa", Aleida sigue sin poder resolver el medicamento que necesita.
Mientras su hijo le llama, Carlos revisa el sitio digital para ver si le alcanza para poder comprar un poquito de leche.
Mientras su nieta almuerza, Carmen revisa el refrigerador para ver qué hará esa noche.
Y Alberto, Aleida, Carmen y Carlos terminan su día llorando... por las ausencias, por las carencias, por los silencios, por las no respuestas, por los plazos incumplidos.
Y temen que sus hijas e hijos, sus nietas y nietos se cansen... se cansen de callar, se cansen de esperar, se cansen de "luchar".
Y Alberto, Aleida, Carmen y Carlos lloran... lloran esta otra noche porque prefieren tenerlos lejos que presos.
Y todavía estamos a tiempo.
Y todavía tenemos chance.
Y todavía tenemos (aunque poca) esperanza.
Ni a Carmen, ni a Aleida les importa ya tener un blúmer decente (que es una cuestión de dignidad).
Alberto y Carlos ya no saben lo que es tener una camiseta sin zurcir, pero poco les importa.
A todos ellos se les acaba el tiempo, pero temen que el tiempo se les acabe a sus familias, a las que no les pudieron cumplir tantas promesas.
¡Y acá andan!!!
¡Y acá siguen!!!
¡Y acá sueñan!!!
¿Sueñan?
Quizás perdieron la capacidad de soñar porque se han dado cuenta, tristemente, que sus vidas han sido un sueño irrealizable.
¡Y lloran!!!
¡Y temen!!!
PD.
Los nombres son los que vinieron a la mente, a la mente de este soñador que teme mucho, no por él y sí por muchos otros, aunque quiere seguir soñando con el auxilio de sus dos maestros... el de Galilea y el de Paula

 

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