Bajo Lupa 41. Desideologización de la política o política desideologizada

Por Henrik Hernandez

 

Una nueva realidad política se conforma entre la migración cubana en otros países, sobre todo en EE. UU.

 

Se trata del surgimiento de un movimiento”apolítico”, como dicen algunos”no relacionado con ideología alguna” y “sin vínculos con ningún gobierno”.

Ese movimiento es informal y no es homogéneo, ni por su membresía, ni por los objetivos, que cada integrante o grupo de interés. Por un lado las caravanas que hacen reclamo del legítimo del pueblo cubano, de vivir sin el bloqueo yanqui. Esos cuentan con mi respeto y apoyo.

Por otro lado hay quienes conforman plataformas virtuales con membresía inmensas, reales o no, pero que persiguen el objetivo de articular una institución de cabildeo, que de hecho es de conformar una nueva industria electoral norteamericana en las cuestiones Cuba, atrayendo quizás aquel capital financiero, industrial e informático interesado en invertir y tener negocio en y con Cuba. Profundizar en ello debe ser tema de otro Bajo Lupa, aunque no veo la necesidad de ello, pues ya he tratado ese tema con anterioridad.

Un movimiento despolitizado, o mejor dicho no “vinculado a ninguna ideología”, expresión política, para decir y marcar distancia con el gobierno cubano y el sistema socialista imperante en la Isla, no es ni malo, ni bueno, en la política, si este se mantiene en los límites que, responda a los intereses del pueblo cubano, de poder vivir sin bloqueo, pero dudo que con el pasar del tiempo, que esas fronteras no se rebasen.

Prueba de ello, son las exigencias de algunas personas en EE. UU. de poder participar en la política interna cubana e incluso de tener cuotas de poder, así como la simpatía de algunos dentro de la propia Cuba, que nos dicen, que como reconocimiento a esa labor, tarde o temprano, el”estado cubano tendrá que abrir sus puertas, para dar participación activa de los emigrados en las cuestiones de política domestica cubana”. Con esas ideas ya se realiza actividad propagandística.

No estoy en capacidad, en la actualidad de poder dar una valoración global y abarcadora de tal situación, si es que se da, pero puedo adelantar algunas cosas: En primer lugar sería necesario una reforma jurídica que abriera las puestas al multipartidismo y con ello cambios del sistema electoral cubano. Es decir la”liberalización” de la política interna cubana para adaptarla a las normas del liberalismo, más conocido como democracia. Segundo ello traería un flujo de capital financiero externo para garantizar intereses extranjeros, ajenos a los del pueblo de Cuba. Tercero una liberalización jurídica y política al nivel de la superestructura del estado, conllevaría a la liberalización de la vida económica del país, la latinoamericanización o la rusificación, de la vida económica de la Cuba. Con ellos se diría adiós a todo la época heroica de resistencia y revolucionaria, a las conquistas sociales, pasando el país a ser la fruta, ya ni siquiera madura, sino putrefacta que caiga a la cesta del Imperio.

A mi entender, lo que tiene Cuba que, hacer es mantener su sistema asambleísta, profundizando aún más su expresión democrática a nivel municipal, provincial y nacional, con la elección directa a los órganos provinciales y la ANPP. Es decir hay que, democratizar más el socialismo, esto conllevaría al estudio como asignatura, a todos los niveles educacionales, de los temas de la democracia socialista cubana.

Por otra parte, que sea una exigencia jurídica, que la participación de los cubanos, residentes en el extranjero, en política interna en Cuba debe ser sobre la base de la repatriación y la residencia permanente de hecho, no solo desde el punto de vista legal, en una circunscripción electoral y con derechos al voto y ser elegido a determinados niveles del Poder Popular en dependencia de la antigüedad en el registro civil, por ejemplo 2 años en el ámbito de circunscripción, 4 años a municipal, 5 años a los niveles provinciales y 10 años a la ANPP (esto solo es un ejemplo, para ilustar la idea). Con la exigencia de, renuncia obligatoria jurídica a la ciudadanía extranjera, que posea.

Por otra parte un “movimiento desideologizado”, perfectamente puede ser convertido en una fuerza alternativa de poder en el exterior, des norteamericanizando el conflicto geopolítico actual, de Cuba con el Imperio y convertirlo en una confrontación entre cubanos, deslegitimando a las autoridades cubanas, y darle reconocimiento real y legal como representante del pueblo cubano.

 

Mientras tanto seguiremos apoyando a las caravanas, pero muy claros en nuestras apreciaciones.

 

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