Por Henrik Hernandez
He leído un magnífico trabajo por Fabio E. Fernández Batista y la redacción del periódico cubano Trabajadores el 6 de febrero del 2021, bajo el título Gato por liebre: entre la
manipulación ajena y las insuficiencias propias.
Deseo comentar mis impresiones sobre dicho artículo. En primer lugar señalar algo que es negativo desde mi punto de vista, el autor se refiere a las insuficiencias propias sin percatarse que está
utilizando una de esas “insuficiencias” que le han sido inducidas por el cambio de conceptualidad revolucionaria cubana por una ajena a nosotros, de carácter izquierdista pequeño burgués presente
en el resto de América Latina, consistente en el desplazamiento del concepto “trabajo político y de Partido” por “comunicación social”, tal parece que nos avergonzamos de hablar de labor
ideológica política bajo la egida del Partido Comunista de Cuba, esto le he señalado en varios de mis trabajos, e incluso ha sido motivo de discusiones y que algunos rompieran lazos de
Amistad declarándome una guerra abierta, entre ellos profesores de reconocidas Universidades cubanas.
En mi trabajo”Propaganda, contra propaganda y poder conceptual” del 23 de septiembre del 2019 publicado en mi Blog, señale:” Por desgracia dejamos abierta las oportunidades para que las
ideas conceptuales de los enemigos de Cuba se establezcan en nuestras vidas y sistema de propaganda y contra propaganda. No creo que podamos avanzar mucho o lejos si seguimos empleando la terminología de los detractores de la Revolución Cubana.
Hoy puedo añadir, que también recurrimos a las conceptualidad de sistemas latinos americanos, que aunque no son enemigos abiertos, no tienen como propósito y tarea la responsabilidad histórica
que porta el pueblo cubano. De ahí el error de recurrir a tales conceptos.
Fabio E. Fernández Batista nos señala en su artículo “Buena parte de la responsabilidad radica en la incapacidad de las fuerzas defensoras del socialismo cubano para contar con coherencia la
historia que hasta aquí nos ha conducido.”
Comparto completamente el sentir del autor, y es por ello que en más de 15 trabajos míos de una serie denominada”El arte de la Contra Inteligencia” he señalado precisamente eso e incluso he
aventurado lo mismo que nos dice Fabio E. Fernández Batista, la necesidad en primer lugar de establecer una narrativa coherente, “relato atractivo” y “contar la historia a plenitud.”
“La corrupción lingüística conceptual e ideológica dentro de Cuba nos impide definir una estrategia efectiva de propaganda y contra propaganda, es la antesala del desarme moral en defensa de las
conquistas sociales y revolucionarias en Cuba.” Exprese hace mucho tiempo.
Fabio E. Fernández Batista se expresa tal manera que se puede pensar, que ha leído mis artículos resumiéndolos coherente y maravillosamente, pero considero de que es una mente preclara que sabe
analizar la realidad y prevé que de no cambiarse la situación seremos historia pasada como la URSS.
Dije con anterioridad: “Debemos cambiar la mentalidad y desarrollar una terminología de acuerdo a la realidad imperante y que al mismo tiempo no permita la duda, ni provoque la falta de confianza
en nuestras propias fuerzas.”
La redacción de Trabajadores junto con Fabio E. Fernández Batista nos dice: “Esta solo cumplirá sus propósitos si logramos –entre todos– renovar nuestra manera de dialogar con el pasado, romper
con los obsoletos esquemas comunicativos que nos condenan al fracaso y modelar, en el fragor de la práctica cotidiana, una Cuba que se parezca más a la que soñamos.”
Todo lo anterior habría que adicionarle que, no basta con dialogar con el pasado, hay que romper con él, implementando programas efectivos para solucionar las situaciones sociales
acumuladas como son la vivienda, acueductos, alcantarillados etc. Ninguna propaganda puede sustentarse sin la creación de una base material que destruya la pobreza, independientemente de las
causas de la misma o factores internos o externos que influyan en su no erradicación. Es por ello que la única solución es profundizar el socialismo y no abandonarlo ni en la práctica social, ni el
campo ideológico propagandístico. No nos dejemos confundir por la propaganda enemiga proveniente de una proto nación radicada en EE. UU. - la "cubana americana -, pero tampoco por la
antirrevolución que actúa dentro del país formando las bases scoiales para la acción de la
contrarrevolución.
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