La enajenación de una migración apátrida.
Por Henrik Hernandez
”Debemos lograr que los agredidos nos reciban con los brazos abiertos, pero estamos hablando de ciencia, de
una ciencia para ganar en un nuevo escenari la mente de los hombres. Antes que los portaaviones y los misiles, llegan los símbolos, los que venderemos como universales, glamurosos, modernos, heraldos de la eterna juventud y la felicidad ilimitada”.
Allen Dulles, ex-director de la CIA
Hoy podemos ver como los medios sociales son empleados por los enemigos de la Revolución Cubana queriendo trasmitir la imagen de que existe una gran oposición político e ideológica contra la
dirección política de nuestra nación.
La realidad es que independientemente de las motivaciones personales y la localización geográfica de quienes están detrás de las campañas contra el pueblo de Cuba tienen una vinculación con los
Estados Unidos de Norteamérica, pues ven en esa nación un aliado para establecer un sistema a su imagen y semejanza, que según ellos es satisfacer sus interese mezquinos y egoístas,
convirtiéndose en instrumentos de la ingerencia yanquis en nuestro país.
Hace casi un año escribe lo siguiente:”Durante la guerra de Corea, miles de soldados norteamericanos prisioneros de los norcoreanos fueron sometidos a un tratamiento de manipulación mental y
psicológica con el fin de que a su regreso a EE. UU. derrumbaran el Imperio desde dentro. Lo que los norcoreanos no sabían era que los norteamericanos empleando las mismas técnicas llevaron a cabo un proceso de "desintoxicación ideológica" convirtiendo a los
simpatizantes del comunismo en aguerridos defensores del poder imperial del capital norteamericano en cuestiones de meses de tratamiento. El programa norteamericano consistía en intoxicar a sus
hombres de nuevo, pero a favor de su sistema, empleando los mismos métodos que sus enemigos, lo que trajo como consecuencia que el plan norcoreano fracasara"
En el caso de los emigrantes y exiliados cubanos residentes fundamentalmente en EE. UU. podemos observar como las víctimas del sistema de manipulación de ese país, convierte a un grupo de los
mismos en "verdaderos combatientes" anti cubanos capaces de sostener a toda costa en redes sociales, radio, TV, y prensa escrita.
Observamos como un grupúsculo de personas de origen cubano se han convertido en acérrimos enemigos del estado y pueblo cubano, engrosando las filas de las organizaciones de emigrantes activamente
en la política domestica del país receptor (principalmente EE. UU.) e influyendo en las relaciones internacionales de esos países en lo que se refiera a los asuntos de Cuba.
Cualquier afirmación con empleo de medias verdades en ocasiones y en otras faltando totalmente a la veracidad tanto sobre los hechos o con conclusiones lo que se refiera a conclusiones alrededor
de los mismos.
El desarrollo tecnológico actual, permite la toma, trasmisión y manipulación de imágenes de tal forma que se puede crear un discurso parcial o completamente independiente de la realidad, lo cual
trae consecuencias a largo plazo en la formación apreciativa de la verdad, su contenido, origen y objetivo, a través de la interpretación de la realidad a partir de imágenes y discursos inducidos
y presentándola como construcción aceptada de la realidad.
La lucha simbólica en la comunicación por el corazón y el alma de las personas se centra en que realidad prevalecerá, o bien la del mundo físico (la real) o bien el montaje propagandístico que
por obligación lleva a un conflicto donde la salida es la destrucción de la primera.
Se trata de una lucha en quien tendrá el derecho de “propiedad” sobre la interpretación de la realidad, legitimando los interese de clases o grupales y con ello el derecho a la supervivencia como
realidad.
La única salida en esta lucha es la destrucción del contrincante y todo lo que él representa. Por ello Cuba debe poner en movimiento todo su arsenal de contra propaganda apoyado por el sistema
judicial nacional e internacional o sucumbirá ante el empuje propagandístico.
La historia ha demostrado que la realidad sucumbe ante la realidad aleatoria construida por la propaganda.
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