Por Henrik Hernandez - Guardián y Ungido de los Misterios
1) Permitir que las malas hierbas crezcan en el jardín
Ceden terreno mediático a las fuerzas anti cubanas y con ello permiten el establecimiento de la propaganda enemiga en las mentes de las personas.
En este aspecto tenemos muchos ejemplos, pero tratare de generalizarlos. Cuando los enemigos, adversarios y detractores de Cuba y la Revolución formulan críticas y taques contra el sistema cubanos se opta por "no dar respuesta", "ignorar” el caso justificándolo por su origen o rechazando el enfrentamiento ideológico sobre la base de no darle "protagonismo" al oponente o de que "todo el mundo sabe" (toda Cuba conoce”)
El efecto es todo lo contrario del que se proponen, pues cuando el enemigo plantea cuestiones abiertamente y no se le hace frente se le está cediendo el lugar en la opinión pública y con ello la oportunidad de sembrar en las mentes humanas las ideas acorde con la posición enemiga a Cuba.
Una especie invasora y dañina sea animal o vegetal se apropia del territorio expulsando, aniquilando a las demás en detrimento del hábitat existente y creando el suyo propio. Eso también sucede en el mundo de la conciencia, unas ideas desplazan otras, ocupando lugar en las mentes de las personas.
Allí donde se crea un vacío de ideas, el enemigo lo ocupa con su conceptualidad y su ideología.
Un buen jardinero no permite que las malas hierbas se proliferen en su jardín.
2) Permitir que los árboles frondosos tienda sus sombras sobre el jardín
Muestran parcialidad que derrumban principios cuando en dependencia de quien es el autor de un determinado hecho (incluso delictivo) se le condena o se absuelve, como si utilizara diferente lentes de colores al mirar y valorar los hechos.
El caso más ilustrativo es el caso de las aberraciones morales y jurídicas cometidas contra nuestra Bandera Nacional. Un supuesto opositor cubano ofendió la bandera en diferentes poses en baños y playas, la condena moral y justa se hizo oír inmediatamente, pero en un caso donde un funcionario estatal cubano comete el mismo delito, se le trata de justificar el hecho con diferentes argumentos y cuando alguien levanta su voz de condena se le responde que se deje "de joder por nimiedades" y se intente ridiculizarle.
Muy jodido están, tanto hombre como pueblo, que se asumen tales posiciones en condiciones similares y traten de minimizar la importancia del hecho y sus consecuencias por el sólo hecho de quien lo comete o se hace cómplice del mismo tiene “afinidad” política o de otro tipo. Señalar lo condenable de un hecho independientemente de quien lo realice no son nimiedades, es un acto de virilidad.
Un verdadero Revolucionario no tiene derecho a decidir su un hecho negativo, contraproducente o delito es bueno si el autor del mismo pertenece al campo propio o de los simpatizantes y sólo condenar lo que haga el "enemigo."
Todos somos iguales ante la ley y las normas morales de la sociedad.
Un buen jardinero no permite que los árboles frondosos le cierren la luz a las demás plantas, los podas y facilita que el Sol con su lumbre las ilumine.
3) Permitir que las aves destrocen el jardín
Vemos como en los debates surgen criterios de algunas personas que en vez ofrecer ideas y opiniones y comienzan a utilizar ad-hominen y otras técnicas manipulativas con el fin de crear situaciones conflictivas y lo más interesantes que observamos nítidamente como la contrarrevolución y la antirrevolución se convierten en aliados en estas situaciones. Constatamos como estos se apresuran en lanzar sus ataques contra quienes dan opiniones acertadas, pero no encajan en las realidades interiores de los mismos.
También podemos ver como desde el interior de Cuba surgen opiniones acompañadas de materiales mediáticos, cuyo contenido están dirigidos a destruir todo lo que amamos y en muchos caos no existe la respuesta adecuada, ni en el plano ideológico ni jurídico.
Un buen jardinero lucha con todas sus fuerzas e inteligencia para impedir que las aves destrocen su jardín.
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