Guerra psicológica contra Cuba. 4. Profesionales y deserciones.

Por Henrik Hernandez – Guardián y Ungido de los Misterios.

Una de las vertientes de la guerra psicológica contra Cuba es la incitación a la deserción de profesionales, últimamente concentrado en los trabajadores de la salud.

Las deserciones tiene como objetivo desangrar el país de especialistas que son los preparados para enfrentar los retos de la economía nacional, la destrucción de las diferentes industrias, incrementar el decrecimiento poblacional, tanto por emigración como por reproducción, acelerar el proceso de envejecimiento de la misma (población) etc., para ocasionar el daño económico social y buscar le colapso del estado cubano.

En los primeros años de la Revolución, cuando muchos profesionales se marcharon, la repuesta fue la preparar cuadros nuevo e implementar un sistema de educación que facilitara el acceso masivo de todo el pueblo a las Universidades, escuela superiores y técnicas.

Hoy las circunstancias son otras, los cuadros preparado por la Revolución desertan principalmente hacia EE.UU. donde luego muchos no pueden ejercer sus profesiones y tienen que dedicarse a otras actividades con el consiguiente daño psíquico y emocional de las personas y un grupo que por diversas condiciones puede adaptarse y puede ejercer su profesión. Estos son empelados en la propaganda del ”hombre/mujer de éxito dentro del sueño americano”, pero se calla o intenta callar la situación de la inmensa mayoría.

Al mismo tiempo que esos exitosos dicen no agradecer nada al pueblo de Cuba y que todo se debe a su esfuerzo personal, omitiendo que sus orígenes clasistas no le hubiera permitido graduarse medico u otra profesión en otros países incluyendo a los EE.UU. La burla al pueblo cubano es tal que un grupo de médicos desertores han puesto una  querella criminal contra la sociedad panamericana de la salud y exigen indemnización, convirtiéndose con ellos en verdaderos mercenarios de la guerra contra la tierra y el pueblo que los vio nacer.

La causas objetivas de ese tipo de emigración, como en muchos países del mundo es la economía, peor en Cuba esa situación se agudiza con el férreo bloqueo económico, comercial y financiero, que precisamente entre sus objetivos tiene el fin de desanimar a parte de la población para destruir su propio estado y rendirse ante las exigencias del enemigo. Hasta hoy Cuba ha resistido valientemente, pero creo que no se trata de resistir sino de comenzar la contraofensiva en todos los frentes. Uno de ellos es la migración legal e ilegal de profesionales. A nadie se le puede prohibir que viaje o emigre, pero el estado del pueblo trabajador, debe establecer reglas que implique que el emigrante que atente contra esas reglas sepa y tenga conciencia de que asume un deuda, no solo moral, sino también económica con el país.

Por ello en ocasiones anteriores he formulado algunas ideas:

1) establecer un sistema donde nadie recibe un título profesional, sino un certificado donde se diga, el portador de este certificado ha estudiado las siguientes asignaturas y puede ejercer como (médico, agrónomo, etc.) y es el empleador cubano en el expediente personal (que solo tiene el empleador, en el caso de los médicos el Ministerio de Salud) que escriba pasado un tiempo de trabajo, que se le reconoce como (médico, agrónomo, etc.) dicho expediente es propiedad del empleador y solo para su uso.

2) un contrato civil donde se plasme el reconocimiento del estudiante antes de comenzar los estudios, que la enseñaza es gratuita para el educando, pero el mismo asume una deuda moral y económica con el pueblo cubano a través de sus estado, pues este asume la financiación de esos estudios y por lo tanto cualquier violación que implique perdidas económicas para el estado cubano, el educando está en la obligación de indemnizar al pueblo por las mismas. Las formas de indemnización deben ir desde el pago directo del monto establecido, hasta la confiscación de bienes y propiedades personales y privadas.

3) promulgar una ley de contrato (acuerdos y convenios) que regule la cuestión de los estudios.

Verán como se acaba las deserciones masivas y la burlas al pueblo cubano, de profesionales, pues con un contrato como ese a legitimidad para la persecución judicial en cualquier parte del mundo.

 

Los juristas cubanos y la ANPP deben analizar mis ideas y formular leyes que garanticen el respeto a los esfuerzos del pueblo trabajador para formar y retener sus cuadro profesionales, quizas no sean mis propuestas, pero algo debe formularse al respecto.

 

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