El Estado Antinacional y la politización de la marginalización. El Arte de la Contrainteligencia. (Decimo segunda parte)

Por Henrik Hernandez – Guardián y Ungido de los Misterios.

 

Para comprender la esencia del conflicto actual entre Cuba y EE.UU. debemos desnorteamericanizar el mismo y situarlo en su verdadera dimensión. En realidad el conflicto es una clásica contradicción entre clases sociales. Por un lado el pueblo de Cuba, es decir los más desposeídos de la sociedad cubana y parte de la llamada clase media y por el otro lado, la oligarquía de origen cubana, radicada por más de 150 años en los estados sureños de la Unión Americana, fundamentalmente en La Florida, desde la época de la colonia. El asentamiento oligárquico, alcanzo su máxima concentración poblacional, después del triunfo de la Revolución Popular de 1959, devenida en Socialista por la radicalización del propio enfrentamiento entre ambas partes.

 

El Estado Antinacional actúa y puede actuar como lo hace, pues en el fondo, por naturaleza propia,  es un apéndice colonial el Estado Global representado por los EE.UU. como expresión de las élites oligárquicas y financieras internacionales. He ahí la coincidencia de intereses.

Una cuestión muy especifica de ese conflicto es su concentración entre Washington y La Habana, cuando en realidad es entre Miami y La Isla de Cuba. La especifidad  consiste en que Miami ha secuestrado la política exterior de Washington hacia Cuba, comportándose como lo que es, expresión de una proto nación que tiene el poder de Estado Antinacional, es decir de un poder real pero sin dominio de territorial, ni recursos naturales, ni población a quien explotar e imponer ese poder. Producto a esto es que actúa como gestora del conflicto entre dos países: EE.UU. y Cuba. De ahí la necesidad de desnorteamericanizar el conflicto, pero sin dejar a un lado el frente que este representa.

En trabajos anteriores de esta serie El Arte de la Contrainteligencia, he tomado algunas cuestiones relacionadas, por ello quienes no comprendan, lo que trato de comunicar, lo remitos a los mismos.

 

En toda sociedad existen sectores que son desviados sociales, marginados, (presos comunes, drogadictos, prostitutas, ..., etc., y la cubana no es la excepción. Además también existen aquellos que sin pertenecer realmente a los primeros se sienten identificados con ellos y partes de los mismos. Teniendo en cuenta eso, el Estado Antinacional, intenta aglutinar y organizar esas fuerzas con el fin de logar sus objetivos y lanzarlos a logar los cambios que favorezcan la toma del poder real sobre el territorio cubano.

 

El gran problema que se enfrentan (El Estado Antinacional) es que no logran darle legitimidad real de esos grupos, a pesar de las inversiones millonarias en los mismo. Por ello libra una guerra psicológica y mediática, para lograr su reconocimiento internacional. 

 

Por todo lo anterior, el pueblo de Cuba tiene la obligación de defender su estado nacional, pero debe recordar que ese derecho sólo lo pueden mantener ante la historia, aquellos que pueden defender su soberanía e independencia. Para ello hay que abandonar la psicología de la confraternización, que se manifiesta el la "blandenguería", "la vista gorda" y el "dejar pasar para que no digan", ante las acciones de aquellos que tienen el objetivo de despojarnos de nuestros estado. El Estado cubano debe profundizar el trabajo con la sociedad civil, empleando todos los mecanismos, políticos, económicos, jurídicos, ideológicos y culturales.

 

La historia demuestra que aquellos que no saben defenderse ya sea por sólo poseer poder nominal o por coquetear con los enemigos, no sobreviven. Sólo la determinación del pueblo bajo la dirección de su vanguardia serán capaces de salvar a Cuba de la protonación cubanoamericana y su Estado Antinacional.

 

Tomemos las experiencias de Venezuela, donde la convivencia con los intereses oligárquicos y el juego a la democracia burguesa,  han abierto las puertas de la traición y la intervención extranjera.

 

Una condición necesaria, es aplastar cualquier manifestación de los representantes formales e informales de la proto nación cubanoamericana y sus agentes de influencia, tanto dentro como fuera de Cuba. Cuba debe seguir demostrando la determinación de defenderse, pues el poder económico no es decisivo en la lucha, sino la determinación pues como dijo Lenin: “Al fin y la cabo la victoria esta condicionada por estado moral (espiritual) de las masas que derraman su sangre en el campo de batalla.”

 

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