Guerra psicológica contra Cuba. El Arte de la Contrainteligencia. (Oncena Parte)

Ofensas, indecencia y vulgarismo en la red. 

 

Por Henrik Hernandez

Guardián y Ungido de los Misterios

 

Muchos cubanos americanos se especializan en repetir y difundir lo que los funcionarios de inteligencia de los EE.UU. les dicen que digan o se incorporan inconcientemente a los planes de esos funcionarios de forma superlativa, superando con su actuar las expectativas de lo empleadores, de tal forma que su comportamiento manifiesta síntomas de trastornos de personalidad antisocial y narcisista, que juegan sobre el filo de la navaja en los límites delictivos,  criminalidad y ataques de cólera.

 

Esos susodichos actúan de esa forma con el objetivo de denigrar y humillar a sus oponentes y llevar los debates al absurdo demostrando una supuesta supremacía psicológica a través de amenazas verbales, difamación, ofensa, insultos e intimidación, violando con ello la integridad moral de las personas.

 

En el plano de la propaganda, la mayoría de estos personajes y personajillos sólo desarrollan una práctica estenográfica y altamente patriotera de recitar sin pensar las afirmaciones susurradas por ”funcionarios de inteligencia” anónimos con el objetivo de engañar con cantos de sirena a los cubanos de la Isla. De ellos, quienes piensan los hacen completamente concientes de estar al servicio de esos funcionarios.

 

“Sólo unos pocos acertarán a sospechar e incluso a comprender lo que realmente sucede. Pero a esa gente la situaremos en una posición de indefensión, ridiculizándolos, encontrando la manera de calumniarles, desacreditarles y señalarles como desechos de la sociedad. Haremos parecer chabacanos los fundamentos de la moralidad, destruyéndolos” escribió Allen Dulles ex-director de la CIA en su libro el Arte de la Inteligencia (The Craft Of Intelligence). Estos personajes en las redes precisamente demuestran que son fieles discípulos de tal maestro y con ello  de quienes y cuales intereses responden y defienden. 

 

En los últimos tiempos participe en un debate con un Mr. de estos y me  dijo al yo señalarles  sus inmoralidades verbales: ”Henrik Hernandez Yo no he dicho ni una sola palabra para ofenderle,… ” bueno echemos una mirada a su vocabulario empelado contra mi persona, ”usted es demasiado ”retrógrado”, ”ignorante”, ”extremista y hasta Idiota”, arremetiendo con otra sarta de epitetos añade, ”usted es un Tirano, Un Dictador.”

 

Dirigiéndose a alguien indefinido en el debate dice: “Miren las viejas técnicas que pretenden seguir utilizando estos esbirros y sus colaboradores.”

 

Por último empleando una vieja treta para intentar jugar con la confrontación interna e intentar desmoralizarme expreso: “Si usted creyera realmente en los conceptos de Republica y Democracia, "Liberté, égalité, fraternité" no se sentiría tan ofendido por que yo piense diferente a usted y tenga posiciones diferentes a usted.” Me dice eso por que ambos somos miembros de la masonería y con ello pretende confrontar mis posiciones políticas con las espirituales. Mi repuesta es muy simple, creo en la república que se extinguirá ante la historia, imponiendo una organización nueva de la sociedad de productores, donde ni explotadores, ni especuladores tengan lugar y la sacro santa república vuestra, no existirá como forma de poder político, pues el mismo no existirá. No estoy anclado en la república que asalto la Bastilla para imponer el poder del capital en el siglo XVII, estoy mucho más avanzado en mi pensamiento, mi siglo aun no llegado, pertenece al futuro.

 

En cuanto a los de ser masón, es una cuestión que ni Arnold Rodriguez, ni nadie me lo puede cuestionar por mero hecho que no comparta posiciones económicas a favor del capital privado. Soy hijo de la Revolución Socialista y me debo a ella. Como tal dejare la existencia en este mundo para reunirme con el creador y no aspiro ir al Oriente Eterno, si quienes actúan de esa forma lo decoraran. 

 

Retornando al asunto de la vulgaridad, la indecencia en las redes sociales en los asuntos de y sobre Cuba, le digo a los compatriotas que nos e dejen intimar, hay que dar la batalla, no hay que sentirse ofendidos.

 

En cuanto al tema de la Nueva Constitución puedo decir que no estoy de acuerdo personalmente con ciertas cuestiones, lo cual he manifestado en otras ocasiones, pero al haber habido un consenso amplio de la sociedad considero que los cubanos en la Isla, que son en definitiva quienes deciden voten por un Sí, por el futuro y no el restablecimiento de una arcaica constitución del 1940 que sólo restablecería el liberalismo con una nueva  faz globalista, que desindutrializaría el país y la privatización de los servicios de transporte, salud, educación, deportes, etc., en fin convirtiendo a Cuba en apéndice colonial de los EE.UU.

 

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