Gato por liebre. (Política. Primera parte)

Por Henrik Jesus Hernandez. Director de Argosis Detrás de la Información
y Anabel Madiedo Oropeza. Subdirectora Argosis Internacional en la Red.

Recordando el regreso del famoso escritor Alexander Solzhenitsyn a la Rusia post soviética. Fue un viaje desde Vladivostok hasta Moscú, pueblo por pueblo, parada por parada, estación por estación y en el trenTransiberiano, recibido y adorado por algunos, odiado por otros, estos últimos en minoría en aquel momento. Su llegada a Moscú y sus declaraciones a la prensa. A una de las críticas que le lanzaron a la cara, respondió lacónicamente: “Pero yo no le dije a Gorbachov que desmantelara a la Unión Soviética”, pretendiendo ocultar, como dice el dicho, “bajo la alfombra” toda su actividad intelectual, que conllevó al colapso ideológico del estado único y unificado que era la URSS. 
Hoy algunos emigrantes se refieren a la situación de Cuba y plantean: “Yo no digo que hay que quitar la educación, ni la salud pública gratuita a los cubanos”; otros nos expresan que, el pueblo de Cuba no permitirá que le quiten ni la educación, ni la salud pública gratuita. En el fondo toda su actividad está dirigida a eso, a arrebatarle esas conquistas sociales a los cubanos, bajo los supuestos teóricos de establecer “democracia” (otra palabra para decir capitalismo) y la economía de mercado con la creación de un sector privado y una supuesta clase media. 
Lo más interesante, es que los mismos abogan porque en Cuba desaparezca la igualdad como principio en el trato de los ciudadanos y replantean que es necesario establecer, según ellos una medida de “mercado” (es decir capitalista) y un sector privado o una condiciones donde los de mayor ingreso paguen por la educación y la salud. A primera vista eso parece muy justo e inocente, casi pueril, pero una mente ágil y profunda comprende de inmediato que es sólo una propaganda, con el objetivo de hacer posible el desmantelamiento de las conquistas sociales de la Revolución Cubana. 
El pueblo de Cuba sabe, y quien no lo sabe, debe saber, que la aceptación de tal presupuesto sería un atentado contra los principios de igualdad social, pues la educación y la salud al alcance de todos y de forma gratuita, donde toda la sociedad contribuye a la misma, son derechos humanos y no un producto de mercado. Aceptar que se conviertan en productos de mercadeo, sería el primer paso para el desmantelamiento del sistema cubano, pues solo significaría la implementación del liberalismo como ideología.
Luego le seguiría de una serie de deformaciones del sistema público, como sucede en la Suecia actual, dónde la salud pública dejó de ser gratuita, para convertirse en subvencionada. Además de la resoluciones en el sector, como por ejemplo la visita a un médico público no puede pasar de más de 15 minutos, que en una visita sólo se puede referir a una sola dolencia y para las demás dolencias, hay que ponerse en cola de meses, para obtener un turno (tiempo) por separado. Estamos hablando de la atención primaria, pero se observa en otros segmentos del sector. 
Después viene otra etapa, donde los médicos del sector público, le dicen a los pacientes, cuya denominación, ha pasado a ser “consumidor” y “cliente” que para resolver sus situación se deben dirigir al sector privado. Y no solo eso, sino que ya dan números y otras referencias, de determinados médicos y clínicas, que hacen pensar en el tráfico de influencia y corrupción, aún en el caso de que no exista.
Debido a esto comienzan los recortes presupuestarios y el cierre de clínicas, etc. Al final se forma la idea de manera artificial, de que el sector público es ineficiente y se le da prioridad el sector privado, cuyos ingresos, son en lo fundamental, los recursos financieros del estado (desviados del sector público por estado, en vez de financiar a este). El estado desembolsa millones en el sector privado, a precios muy superiores, que si el mismo servicio fuera ofrecido por el sector público. 
Al final, el sector público perderá su preponderancia. En el sistema de educación se observa un tendencia similar. Las escuelas privadas reciben el doble y el triple de fiancimiento por alumno que las públicas. Los afectados son los alumnos de barrios obreros y de población extranjera, con excepción de las zonas musulmanas que establecen sus escuelas religiosas, donde los alumnos terminan recitando el Coran de memoria, pero no saben casi nada de ciencia y son marginados de la educación superior. 
Pero regresemos al caso Cuba. Todo ese tipo de propaganda engañosa y falaz, está dirigida, a crear el espejismo de que esa oposición, migración y/o exilio, no quiere arrebatarle a los cubanos el sistema de salud, ni de educación públicas.
Aquellos apologistas de tales ideas pretenden omitir algo fundamental: si los principios socialistas, son trastocados, tarde o temprano se produciría el desmantelamiento de todas las conquistas de la Revolución Cubana. Por una simple cuestión, la ideología capitalista no es compatible con los derechos humanos fundamentales en las esferas de la educación y la salud. Para esa ideología esas esferas son un Mercado más donde sólo la plusvalía es el único derecho, el ser humano no cuenta. 
Si el pueblo de Cuba aceptara algo como eso, ya sea de forma suave como está sucediendo en Suecia o de forma bruta como sucedió en la URSS y los demás países del campo socialista, el capital se convertiría en la forma hegemónica en esas esferas y para garantizar la aceptación y la conversión de las mismas (esferas de educación y salud) en sectores privados generadores de ganancia, desde ya se preparan los fundamentos ideológicos de esa posible Cuba futura y capitalista, se promueve el nacionalismo, que por su esencia se reflejaría en la superestructura como una dictadura fascista como método de dominación burgués para aplastar cualquier descontento ante tal situación. 
Hay una marcada intencionalidad de hacer ver que es posible mantener las conquistas de la Revolución pero sin ella, algo que es esencialmente contradictorio pues en Cuba fue necesaria esa Revolución para alcanzar el bien común, algo que no le interesa a quienes desde el sector privado y especialmente desde el exterior intentan conformar una clase social burguesa, que necesariamente tiene que tener como su contrario a un sector mayoritario de la población que alimenta las arcas particulares de los primeros por ser los segundos objeto de explotación, de manera que lo que pudiera distribuirse equitativamente iría a parar desigual e injustamente a manos de unos pocos y las mayorias saldrían afectadas. Esto es evidente en los discursos de quienes pretenden instaurar subliminarmente otro sistema social en Cuba con la participación de cubanos que viven en otros lugares del mundo, especialmente en Miami, si mencionar jamás en sus propuestas la palabra Revolución, algo que desde el principio y hasta nuestros días el pueblo cubano ha defendido y con lo cual estamos comprometidos porque sabemos bien lo que cuidamos, ningún otro gobierno hizo por nuestro pueblo lo que ha hecho el gobierno revolucionario. 
Los intentos de cubanos viviendo en el exterior, de participar en la vida pública del país sin vivir en él, sin formar parte de nuestro pueblo, sugiriendo abiertamente que haya más democracia, cuando ya tenemos nuestra democracia participativa, representativa e incluyente, donde el pueblo decide quienes lo representan, que puede ser perfectible pero donde el poder lo ejerce el pueblo, no puede sustituirse por algo que esas personas preconizan como “mayor democracia”, no es casual el parecido de esos discursos a los intereses injerencistas de los enemigos de la Revolución Cubana, esos que tanto defienden la fraudulenta y mafiosa democracia representativa capitalista.
Esto no significa que rechazemos relaciones económicas entre el sector privado cubano en el exterior y el gobierno cubano, estamos a favor de las buenas relaciones entre nuestros pueblos y en el acercamiento entre todos los cubanos siempre que se respete el principio de autodeterminación de nuestro país libre y soberano. Esa soberanía debe ser única y exclusivamente de aquellos, que dentro de Cuba han defendido, defienden y defenderán las conquistan que se les pretende arrebatar con cantos de sirenas.

 

Nota: esté artículo se publicó con anterioridad en ArgosIs. 

 

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Figura/foto tomada de Cubadebate

 

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