Poder Popular y “emigración”. El Arte de la Contrainteligencia. (Séptima parte)

Debate por una Cuba socialista.

 

Por Henrik Hernandez – Guardián y Ungido de los Misterios

 

Mi amigo Marcos Jesus en uno de sus comentarios preguntaba: “¿quién tiene la responsabilidad de solucionar esta mala propaganda para que no sigan engañando a un gran sector de la juventud idiota que existe en mi país, Cuba?”

Esto me hizo reflexionar sobre el rol de la juventud en la condiciones de Cuba, con su sistema capitalista, con una orientación social que pretende construir el socialismo. Los criterios sobre este tema pueden estar muy divididos, en dependencia de como cada cual lo vea y analice.

Lenin en su discurso “Tareas de la Juvetud Comunista” en la I Sesión del III Congreso de la Juventudes Comunistas de Rusia, el 20 de octubre de 1920, en Moscú, nos decía, dándole respuesta a la interrogante de mi amigo Marcos Jesus, mucho antes de que él formulara su pregunta:

“Debo decir que la primera respuesta y la más natural parece ser que la Unión de Juventudes, y en general toda la juventud que quiera el advenimiento del comunismo, tiene que aprender el comunismo.”

En su programa Yadira Escobar, amiga de Facebook, nos lleva a muchas cuestiones muy bien manejadas propagandisticamente, que no puedo, ni por tiempo, ni espacio tratarlas cada uno de ellas por separado. Sólo me referiré a su apología de plantear exigencias políticas a favor de una participación de los “emigrados” en la ANPP. Ella nos dice que “la emigración tengamos un mínimo de representación” refieriéndose a la ANPP y critica la misma al decir que ”va careciendo un poquito de la diversidad del pensamiento político”. Ella hace un llamado a exigir un supuesto derecho, el cual ella se arroga porque dice desarollar una labor a favor de Cuba.

En primer lugar Yadira Escobar demuestra que apesar de su inteligencia, tiene carencia de conocimiento sobre Cuba y del funcionamiento de Poder Popular y da como si fuera una novedad, la diversidad presente en la ANPP, cosa que siempre ha sido así, solo han cambiado las cuotas porcentuales de la presencia de los diferentes sectores. La diferencia fundamental en esta ocación, es que Cuba, ha sido mejor al exponer al mundo exterior como funciona su modelo político y electoral.

En Segundo lugar Yadira Escobar no explica a que “diversidad de pensamiento político” se refiere, pues es completamente incompresible a partir de sus palabras, espero que lo exprese en el futuro. Además en una representación tan amplia como la que tiene la ANPP, me es imposible imaginarme que no haya diversidad de pensamiento politico. Si Yadira Escobar se refiere a la presencia de pensamientos anticubanos, anti- y contrarrevolución, albergo la esperanza de que no esten representados y que no tengan representación futura.

No obstante a la ambigüedad de su expresion quiero dejar sentado que, la única interpretación que cabe, es su deseo de establecer un “multipartidismo” de mano blanda con guantes de seda. Ya no cabe duda, que la expresión del pesamiento politico nacionalista de Yadira Escobar, es otro frente de lucha ideológica al que tiene que enfrentarse Cuba. De facto con su llamado a “exigir” en este campo a Cuba una cuota de participación directa en la ANPP, Yadira Escobar, no ha dicho nada nuevo que no se haya planteado antes por otros, pero con una gran diferencia: Yadira Escobar lo ha esbozado como platarforma programática para la toma del poder politico en Cuba y como llamado a la lucha contra Cuba. ¿A qué intereses responde Yadira Escobar?

En tercer lugar la discursiva de Yadira Escobar se circunscribe en la crítica al modelo unipartidista de Cuba, que tiene profundas bases ideológicas en el pensamiento martiano y de hecho, se manifiesta por un multipartidismo sin decirlo en altavoz. Pues por una cuestión de legalidad tanto dentro de Cuba, como en otros países, donde residan los cubanos, pues la única forma de llevar a cabo su plataforma programática es el desmontaje del sistema electorar actual cubano, sustituyéndolo por el ya carcomido multipartidismo burgués, que pondría fuera de juego el principio de ”incluyente” de la democracia cubana.

No me puedo imaginar, por ejemplo que los EE.UU. permitan en su territorio la creación y funcionamiento de Circunscripciones del Poder Popular, de CDR que son los que convocan a la nominación de candidatos y de otras organizaciones politicas y de masas cubanas, etc. etc. sin que esto fuera una violación de la legislación estadounidense. Lo mismo pasaría en otros países, pues la democracia cubana, se basa en la expresión democrática territorial.

Como vemos la exigencia de Yadira Escobar es completamente irreconciliable con muchos aspectos, políticos, ideológicos, conceptuales, etc. del sistema jurídico y político de Cuba y los posibles países que pudieran verse involucrados.

En cuarto lugar Yadira Escobar expresa sus aspiraciones de ocupar cargos y responsabilidades en la política interna cubana, lo cual de por sí, no se constituye en un problema sino fuera por una cuestion básica. Yadira Escobar ve el mundo político bajo la conceptualidad y la ideología imperante en el mundo occidental y en particular de los EE.UU. por su condición de ”emigrante/exiliada” (?) que ha condicionado su forma de pensar al modelo capitalista de la democracia burguesa. Esto d’ faktum y d’ jure pone en evidencia la falta de legitimidad de cualquier cubano exiliado y/o emigrante para desempeñarse dentro del sistema político cubano como genuino representate de los intereses nacionales.

La plataforma política y programática de Yadira Escobar no sería más que una forma de enfermedad de ”izquierdismo” dentro de la Revolución Cubana.

De ahí mi posición: la política interna de Cuba, es y debe ser siempre una cuestión de los cubanos dentro de la isla. Los cubanos que desde el exterior,desean, ya sea por intereses económico o por convicciones patrióticas,  contribuir a los intereses nacionales y del pueblo de Cuba, nadie se los impide.

Pero por ello ninguno debe aspirar a reconocimientos personales por su acción y mucho menos que se les permita convertirse en representantes en los niveles de dirección política.

 

El principal y único derecho de un cubano es la obligación de luchar por Cuba, sin esperar nada a cambio y muchos menos un cargo público en la política cubana.

 

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